02 berenjenas grandes 02 pimentones rojos grandes 02 cucharaditas de azúcar 04 cucharadas de aceite de oliva extra virgen Albahaca deshidratada al gusto Gotas de limón Sal al gusto
1. Lava las berenjenas, corta los extremos y realiza cortes longitudinales de aproximadamente 1cm de grosor sin retirarle la cáscara
2. Agrega la berenjena en un bowl grande, y añade una cucharada de sal y otra de azúcar durante 30 o 40 minutos. Esto es importante para eliminar la amargura de las berenjenas y hacer que suelte todo el yodo que contienen.
3. Después de desangrarla, retira la berenjena del bowl, sécala lo suficiente con un paño de cocina o toallas secas y rebánala en trozos de 1cm de grosor y 10cm de largo aproximadamente. Al cocinarse se reducirán en gran medida, por lo que es importante darles un buen tamaño que permita que mantengan su forma luego de la cocción.
4. Corta los pimentones y retira las semillas y las venas. Rebánalos del mismo modo que la berenjena, con un grosor más fino pues su consistencia es más dura al momento de cocinarse.
5. Calienta un budare y engrásalo con un poco de aceite. Una vez que esté bien caliente, agrega los bastones de berenjena en varias tandas y déjalos asarse para que obtengan un sabor ahumado. Revísalos y voltéalos para que estén uniformes en todos sus lados.
6. Deja enfriar la berenjena
7. Realiza el mismo procedimiento con el pimentón y déjalo enfriar.
1. Añade el limón y el azúcar en un bowl, y agrega en forma de hilo el aceite mientras bates.
2. Agrega la albahaca deshidratada y la sal al gusto.
3. Mezcla el aderezo con la berenjena y el pimentón fríos.
4. Refrigera por unos minutos y sírvelo frío preferiblemente.
TIPS
También puedes hacerlo con pimentones asados al horno. Rocíales aceite de oliva y mételos en el horno hasta que la piel se abombe. Luego pélalos y rebánalos. Si no tienes albahaca seca puedes utilizar fresca, pero en menor cantidad. Asegúrate de comprar dos buenas berenjenas que estén duritas y de piel oscura. A mí me gusta utilizar la de piel negra, pero puedes comprar la morada y te va a funcionar muy bien. Revisa que no tengan huequitos y estén ya maduras. Sírvelo con queso de cabra o queso crema y unos casabitos. Estoy segura que todos en tu familia lo disfrutarán y quedarán fascinados.
01 paquete de espinacas frescas 02 tazas de arroz arborio 01 cebolla pequeña 02 cucharadas de aceite de oliva 02 cucharadas de mantequilla sin sal 03 tazas de caldo de pollo o vegetales 02 dientes de ajo 1/3 taza de vino blanco 100g queso parmesano o pecorino Sal al gusto
1. Destalla la espinaca y lávala muy bien.
2. Colócalas en una cacerola amplia que no se pegue, y tápala para que suelte toda el agua.
3. Una vez se hayan reducido y soltado toda el agua, escúrrelas y déjalas reposar. Guarda el agua resultante de las espinacas y agrégala al caldo de pollo o vegetales.
4. Pica la cebolla y el ajo en cubos pequeños, y saltéalo en la misma cacerola con aceite de oliva hasta que cristalicen.
5. Agrega las tazas de arroz y revuelve constantemente.
6. Una vez que el arroz comience a transparentarse, añade la primera taza de caldo y la primera cucharada de mantequilla. Revuelve en forma envolvente a fuego medio.
7. Cuando se comiencen a formar unas pequeñas burbujas, agrega una segunda taza del caldo y revuelve de la misma manera para que no se pegue. El risotto comenzará a tomar una contextura cremosa
8. Añade la tercera taza de caldo junto a la mantequilla restante y el vino, y continúa revolviendo constantemente.
9. Cuando ya adquiera la contextura deseada, retira del fuego, ajusta la sal al gusto y sírvelo con queso parmesano o pecorino rallado por encima
TIPS
Puedes saltear la espinaca con un poco de ajo y aceite de oliva y servir sobre el risotto. Quedará espectacular la presentación del plato. Si agregas también una cucharadita de queso crema durante la cocción del risotto puedes constrarrestar la amargura de la espinaca. También es una opción con menos calorías si estás cuidando tu figura. Elige una buena mantequilla para el risotto. El uso de la margarina le otorga un sabor y una contextura muy diferente. Sírvelo caliente y al momento Compra el queso pecorino o parmesano en trozos y rállalo tú mismo al momento. Le otorga un perfume y un sabor distinto y delicioso. Esta misma receta la puedes realizar con acelga, chicoria o rúgula. No hay límite para la imaginación. Después que ya tienes el fundamento del risotto, puedes crear las combinaciones de sabores que desees.
04 chuletas de cerdo 02 parchitas grandes 03 cucharadas de azúcar 01 cucharadita de sal 01 cucharada de soya 01 cucharada de salsa inglesa 1/3 taza salsa kétchup Jugo de un limón
1. Lava muy bien las chuletas con agua filtrada. Recuerda que las chuletas ahumadas no son frescas, y por lo general se venden con un alto contenido de sal. También puedes frotarla un poco con medio limón para un mejor resultado.
2. Colócalas en una sartén de acero inoxidable con una cucharadita de aceite de oliva, séllalas por ambos lados y resérvalas.
3. Por otra parte, saca la pulpa de la parchita, agrégala en la licuadora y haz pulsaciones en las velocidades para retirar la pulpa de la semilla negra de la fruta. No dejes la velocidad continua en la licuadora, pues así la semilla se triturará por completo y se verán los trozos más pequeños en la salsa.
4. Cuela el jugo resultante, y añádelo en la sartén caliente junto al azúcar, el vinagre, la sal, el limón, la salsa inglesa y de soya. Agrega salsa kétchup al gusto.
5. Una vez que la mezcla esté homogénea, agrega las chuletas y deja cocinar por unos minutos
6. Sírvelo con un puré de papas blancas y una ensalada fresca
TIPS
Puedes ponerle una cebolla en juliana, cubos de mango, un toque jengibre o una compota de manzana. Puedes hacer las combinaciones agridulces que prefieras. Es una receta de no más de 20 minutos donde te lucirás con todos los comensales.
01 kg de carne molida 200g de cualquier salchicha sin piel 01 cebolla 01 tallo blanco de cebollín ½ tallo de ajo porro 03 ajíes 04 dientes de ajo 01 huevo Ralladura de dos limones grandes Harina de trigo Sal y pimienta al gusto Salsa inglesa Salsa de soya
½ barra de mantequilla 02 tazas de jugo de limón 02 cucharadas de azúcar 02 cucharadas de maicena
1. Agrega la carne y la salchicha sin piel en un bowl. Si tienes tocineta o panceta puedes agregar un poco en trozos pequeños.
2. Corta en cubos pequeños la cebolla, el cebollín, el ajo porro, el ají y el ajo y mézclalo todo junto con las carnes.
3. Agrega sal y pimienta al gusto, unas cucharadas de salsa inglesa y salsa de soya. Siempre es bueno ir probando para regular el nivel de sal y ajustarlo a tu gusto.
4. Añade el huevo y unas cucharadas de harina de trigo para que mantenga una buena contextura después de cocinarse y no se separe.
5. Ralla la cáscara de limón y agrégalo a la mezcla.
6. Forma las albóndigas más o menos todas del mismo tamaño. Rebósalas en un poco de harina y resérvalas.
7. Calienta una sartén con aceite, y cuando esté lista agrega las albóndigas. Espárcelas en la sartén de manera que tengan espacio para formar una capa crocante.
8. Cuando estén bien crujientes resérvalas en una bandeja con tapa para hornear, mientras está lista la salsa de limón.
1. Agrega la mantequilla en una cacerola pequeña y derrítela.
2. Añade el juego de limón y el azúcar. Puedes ajustar a tu gusto agregando más jugo o más azúcar según consideres necesario.
3. Cuando el liquido este caliente, agrega la maicena y bate rápidamente para no formar grumos. Deja que espese ligeramente.
4. Espárcelas sobre cada una de las albóndigas y tápalas.
5. Hornéalas durante 15 minutos a 180°C y listo.
TIPS
Le puedes agregar algo de picante, o el famoso magic powder italiano que uso yo en algunas de mis recetas. Si no llevas el tiempo exacto no te preocupes. El olor en tu cocina te avisará cuando estén listas, créeme. Puedes servirlas con pasta blanca o con salsa de pomodoro e basilico; con un puré de zanahorias o de papas blancas.
02 barras de mantequilla sin sal 03 tazas de harina 05 huevos 02 tazas de azúcar ¾ de taza de leche con unas gotitas de limón ½ cucharadita de polvo para hornear ½ cucharadita de bicarbonato Ralladura de 2 limones 01 taza de jugo de limón 01 cucharadita de sal
02 tazas de azúcar glass 03 limones
1. Precalienta el horno a 180°C con la rejilla en la parte baja del horno.
2. Engrasa y enharina dos moldes para ponqué.
3. Agrega unas gotas de limón a la leche y mézclalo junto al jugo de limón y la ralladura.
4. En un recipiente aparte, mezcla la sal con la harina, el polvo para hornear y el bicarbonato.
5. Con un batidor de alambre o una batidora eléctrica, acrema la mantequilla y añade a esa mezcla los huevos de uno a uno hasta que todo se incorpore homogéneamente.
6. Agrega la mezcla de harina en tres partes, alternando con la leche. Es importante que inicies y termines con la mezcla de harina.
7. Divide la mezcla entre los dos moldes ya engrasados y enharinados
8. Hornea los ponqués durante 60 minutos, o hasta que estén dorados y secos en el interior.
9. Deja enfriar por 15 minutos en el molde
10. Desmolda y deja enfriar antes de esparcir el glaseado.
1. Agrega el azúcar glass en un recipiente a baño de maría, y agrega de a poco el jugo de tres limones removiendo constantemente con un batidor de alambre. Puedes ir probando y ajustar a tu gusto el nivel de dulzor o acidez de la mezcla.
2. Una vez que está todo homogéneo, retíralo del fuego y deja reposar por unos minutos.
3. Acomoda los ponqués sobre una rejilla con una bandeja debajo, y esparce el glaseado uniformemente.
4. Deja endurecer completamente
TIPS
Introduce una vara de madera fina, como la que utilizas para hacer pinchos, en el centro del ponqué mientras está en el horno. Si sale completamente seca es un indicativo de que ya está listo. El glaseado que gotea en la bandeja lo puedes recoger y volver a esparcirlo sobre el ponqué. Decóralo un poco con trozos de limón por encima para una presentación más fina y delicada.
3kg de lechosa verde 1kg de papelón 1 ½ kg de azúcar 4 litros de agua 5 clavos de olor 1 rama de canela
1. Pela completamente la lechosa, divídela por la mitad y retira las semillas.
2. Córtalas en cuartos a lo largo, y divide cada uno en trozos entre 7cm u 8cm.
3. Coloca los trozos de lechosa en una bandeja al sol durante todo un día para secarlos
4. Añade la fruta en una olla grande con agua hasta que apenas esté cubierta por completo.
5. En cuanto hierva espera solo 3 minutos y retira del fuego.
6. Corta la cocción poniendo la lechosa en un bowl con agua y hielo. Esto es importante para que la fruta no se siga cocinando con el calor, y pueda mantener su textura.
7. Mezcla aparte el agua, el papelón y el azúcar en una olla grande y deja hervir durante 15 minutos.
8. Cuela el caldo en un colador tradicional de tela para retirar todos los sólidos del papelón
9. Una vez que la lechosa esté fría, sécala y agrégala a este caldo.
10. Agrega una rama de canela y los clavos de olor
11. Cocínala entre una hora y media y dos horas sin tapar, a fuego lento.
12. Una vez que rompa el hervor, baja un poco más la temperatura y deja cocinar hasta que la lechosa esté cristalizada y el melao esté un poco espeso.
13. Deja reposar durante 3 o 4 horas.
TIPS
Sabrás si la lechosa está completamente verde cuando las semillas estén blancas. Es importante que la fruta esté verde, no pintona ni madura. Para probar la contextura del melao, introduce una cucharilla y déjala gotear. Si la gota cae lentamente es señal de que el dulce ya está listo. Sírvelo en envases de vidrio preferiblemente esterilizados para sellar al vacío para mayor duración. Para mi es una pasión comerme el dulce de lechosa con dos bolas de helado de vainilla. ¡Pruébalo! No te arrepentirás
Soy María Elena Fernández
Una mujer amante de la buena mesa y las tradiciones culinarias.
Creativa en la preparación y fusión de estilos y artes de la gastronomía.
Toda una *Mariette*